Muchos de vosotros todavía seguiréis de vacaciones, pero alguno ya estará pensando en la vuelta a la dura rutina. Se acaban los días en la playa, en la piscina, en la terracita del pueblo, los helados… En realidad, nuestro cuerpo pide a gritos la vuelta a la vida saludable. Y como todo cambio, necesita un proceso de adaptación y no decimos que será fácil, pero si que se puede volver a la saludable rutina que dejamos antes de las vacaciones.
Recupera tus cinco comidas al día. Generalmente, cuando pasamos muchas horas sin comer, nos provoca que lleguemos con mucha hambre a la comida principal, comiendo de más de la cuenta. Retoma la media mañana y la merienda con opciones saludables como fruta, yogur natural, frutos secos al natural…
Bebe más agua. Es el mejor sistema de hidratación para nuestro organismo, no tiene calorías y ayuda con la retención de líquidos y regula el tránsito intestinal.
Reincorpora progresivamente el ejercicio. Se puede comenzar con caminatas de 30 a 40 minutos de duración con una frecuencia de tres veces por semana y poco a poco ir incorporando rutinas de fuerza para evitar las temidas agujetas.
Prepara la despensa para los días que no tienes tiempo: conservas de verduras y legumbres, purés de calidad, verduras, carnes y pescados congelados.
Ten el frutero siempre lleno.
Hazte esquemas de menús semanales, márcate un día para hacer la compra y planifica los días que comerás fuera.
Establece “miniobjetivos” para este nuevo curso, con pequeñas acciones que llevarás a cabo.
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