El día a día, la rutina, colegios, trabajo… nos dificulta realizar una correcta planificación y organización de la compra y el menú semanal. ¿Cómo no hacer de esto un problema?
En la actualidad, estamos rodeados de mayor variedad de alimentos para hacer de una correcta planificación, una tarea algo más fácil. Tenemos en el supermercado variedad de verduras congeladas y en conserva, estas formas de consumo nos facilitan la tarea de tener que limpiar, cortar en muchos casos… Pero ¿Cuáles son de mayor calidad nutricional? ¿Debería comprarlas mejor frescas, congeladas o …mejor en conserva?
Una vez que la verdura se recolecta, comienzan un conjunto de reacciones enzimáticas que conlleva el deterioro tanto microbiológico como nutricional. Esto conlleva cambios de textura, color, olor y sabor, por eso, la industria alimentaria se encarga de ultracongelar estos productos o escaldar los productos para luego conservarlo.
En las verduras en conserva, al haber un tratamiento térmico, ya hay pérdida de algunas vitaminas sensibles al calor, como las vitaminas hidrosolubles.
En cuanto a la verdura fresca, pasa algo parecido. Desde su recolección hasta que llega el momento de su consumo, se producen pérdidas de vitaminas, es por eso, que cuanto antes se consuman estas verduras y menos tiempo pasen en la nevera desde su compra, mejor, si no, también perderán más vitaminas.
¿Entonces cual tiene que ser mi consumo de verduras y hortalizas?
Cuando hablamos de recomendaciones de consumo de verduras y hortalizas, nos recomiendan 3 raciones al día, siendo alguna de ellas en crudo, para beneficiarnos de algunas de sus vitaminas que perdemos con el tratamiento culinario. Es preferible consumir las verduras frescas, que es como tienen mayores propiedades además de optar por aquellas de proximidad. No obstante, disponer de conservas vegetales y también de verduras congeladas es un recurso fantástico para poder tener una elección saludable de primera mano. Son un elemento muy versátil en cualquier fondo de armario, muy útiles a la vuelta de viajes, y también para personas que van mal de tiempo. Lo ideal sería mantener una compra de frutas y verduras frescas, apoyándose en las conservas vegetales para mantener variedad y versatilidad.
Nuestra recomendación es que haya variedad de unas y de otras, tantas verduras frescas, congeladas o en conserva, así tenemos más probabilidad de no aburrirnos y de adquirir mayor riqueza nutricional de vitaminas. Nos permitirá introducir diferentes tipos de ellas a pesar de la temporada, como es el cardo, que no siempre es fácil encontrarlo todo el año, o las alcachofas por su limpieza, espinacas… es importante también que leáis el etiquetado nutricional, por los aditivos que puedan introducir, como la sal, que pueden incluir en algunas conservas, ya sabéis que como máximo debemos consumir 5 gramos de sal al día, entonces es mejor priorizar conservas con menos de 1g de sal por cada 100g de producto.
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